Madonna estrena Madame X

Desde el pasado mes de abril, la cantante estrenó varios sencillos que dejan ver las distintas facetas del disco. Primero llegó Medellín, al lado del colombiano Maluma.

Luego, justo antes de su actuación en el Festival de Eurovisión, lanzó Crave, balada cantada con el rapero estadounidense Swae Lee.

Poco después Future, tema que cantó en la gala celebrada en Tel Aviv, y que incluye la voz de Quavo.

En estos últimos días ha salido I Rise, una especie de himno revolucionario que incluye una declaración inicial de Emma González, defensora del control de las armas de fuego y superviviente de la masacre de la escuela secundaria Stoneman Douglas en Parkland, Florida.

Y hace apenas una semana ha presentado Dark Ballet, cuyo video musical (grabado en distintos monasterios de Portugal) está protagonizado por el bailarín transexual Mykki Blanco, que hace de Juana de Arco en su camino a la hoguera.

Si con Confessions on a Dance Floor Madonna demostró que un artista puede seguir siendo tan o más original en la tercera década de trayectoria que en sus comienzos, como ya lo había hecho con Ray of Light en la anterior, ahora, a 36 años de la publicación de su primer álbum, la diva no sólo extiende esa certeza a su cuarto decenio en la ruta, sino que una vez más sube la vara para la competencia. Musicalmente cuenta con fuertes influencias del hip hop contemporáneo y de la música urbana, cargado de originales mezclas rítmicas y letras con tinte político. En su edición estándar, tiene 15 canciones.

Una de las grandes virtudes del disco es que cumple con aquello que la intérprete había advertido, que sería: Madame X es muchas Madonna diferentes. Entre ellas, la sex symbol que a los 60 mantiene intacta su vocación por ejercer el control, pero también la mujer que desafía y arenga hecha una pared de voces y una base disco.

El decimocuarto trabajo de la Reina del Pop está disponible para ser escuchado en las principales plataformas de streaming.

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